viernes, 18 de junio de 2010

Los Guerreros del Arcoiris

Programa radial BiblioDiversidad # 27 "Los Guerreros del Arcoiris".
Transmitido por la Radio Alternativa y Comunitaria Voces Libertarias, 97.3 FM. Caracas.

Puede ser escuchado, sin tener que descargarlo, en:
http://soundcloud.com/agrodero/bibliodiversidad-27-17-junio-10


Texto de Bibliodiversidad # 27

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Habla el Planeta Tierra:
Con nostalgia recuerdo cómo el Gran Arquitecto del Universo me creó…
Con su martillo y cincel invisibles, por millones de años me fue dando forma… y con su luz etérea de 3 colores me dio infinitas tonalidades…
Esculpió montañas grises y marrones, llenas de libertad y soledad…
Y las llenó de verdes bosques… para darles esperanza y equilibrio…
Y me dio ríos, que alegres se abren camino a la inmensidad del mar…
donde se forman las nubes que riegan una infinita paleta de formas de vida, colores y aromas.
Así nací, con cada cosa cómo y dónde debía estar. En sabio equilibrio.
Mi niñez fue feliz, pero con el tiempo empecé a sufrir por el egoísmo y la intolerancia de una especie que se llama a sí misma la más inteligente…
Al principio estos seres, supuestamente inteligentes, me respetaban.
Y me llamaron “Madre Tierra” —de donde brota la vida—.
Nadie me exigía más de lo yo que les ofrecía y tenían cuidado de no causarme daño.
Fue una época feliz. Los campos eran fértiles y estaban llenos de flores; y los árboles no cesaban de dar frutos. No hace mucho tiempo las ardillas y los monos podían recorrerme, de mar a mar, saltando por las copas de los árboles sin tener que bajar a tierra.
Pero hoy soy un planeta cansado y enfermo…
Me afecta un terrible mal que me mata lentamente.
Los humanos destruyen el equilibrio creado por el Gran Arquitecto.
El fuego me arrasa y los residuos industriales envenenan mis aguas, los campos y el aire.
¿Cómo podría salvarme, si son mis “cuidadores” quienes me están matando?
Seres “inteligentes” me están destruyendo y no hacen nada por evitarlo.
Tanto dolor me hace temblar. Cada vez con más fuerza y frecuencia mi cuerpo se sacude.
Y me siento tan mal que tengo que vomitar mis entrañas de roca fundida.
Lloro tan intensamente que causo inundaciones.
Yo sólo quiero que mis habitantes sean felices.
Pero algunos de ellos me están arrancando la vida, sin darse cuenta que así terminan con su propia existencia.
No sé cuánto tiempo nos queda… antes de que pierda todos mis colores, me estoy volviendo marrón y gris. Negra…
¿Cuánto tardará el agua en desaparecer? ¿Cuándo nos quedaremos sin aire?
¿Cuánto falta para que animales y humanos dejen de existir?
¿Cuándo terminaré de convertirme en una esfera de roca, sin vida?
Por favor volved a vivir como antes. Tomando de mí sólo lo necesario para subsistir, sin egoísmo, sin explotación, sin ansias de morir ricos.
Cuidadme. Si me cuidáis a mí cuidáis vuestra vida.
Contadle a todo el mundo mi lamento y haced algo. Pronto no habrá retorno y no se podrá evitar mi destrucción, y la vuestra.
Cuando no quede agua, ni plantas, ni animales. Será tarde para daros cuenta de que el dinero no se puede comer…
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Diversas mitologías, tradiciones y leyendas creen en una diosa madre o Madre Tierra.
En la antigua Grecia La diosa Gea: la de los grandes pechos, era la madre de los dioses del Olimpo.
En Roma: Tellus, Terra o Gaia era una diosa que personificaba a la Tierra la equivalente de Gea;.
En el libro “Leyendas Indígenas Parianas” (recopilación de Arturo Hellmund Tello publicada a finales de la década de 1940) vemos que algunas tribus de Paria llamaban TATA-DUBUCURUME a la Diosa de la Madre Tierra.
La diosa TATA-DUBUCURUME habitaba un enorme palacio subterráneo donde recibía en mil formas la materia bruta de su mansión y de sus dominios en todo el planeta y la transmutaba y transmitía en forma de diversas savias que acumulaba en una miríada de diminutas mamas; de donde todo lo que tuviese vida se podía alimentar abundantemente a través de los intermediarios de la diosa.
Los intermediarios eran geniecillos o almas embrionarias e imperfectas de cada cosa con vida que necesitara la savia.
Quechuas y aymaras creen en la Pacha Mama.
Quechua es un término con el que se autodenominan varias etnias andinas principalmente las que hablan quechua, y un nombre colectivo usado para la totalidad de estas etnias. Existen etnias quechuas en Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Ecuador. En Ecuador, el norte del Perú y en Argentina se usa la variante fonética Quichua.
El aymara es un lenguaje andino hablado por un millón seiscientas mil personas, en las proximidades del lago Titicaca.
El "pueblo aymara" está integrado por quienes su lengua materna es la aymara y también por personas y grupos que se identifican como aymaras.
La cosmovisión Aymara gira en torno a tres divinidades claves.
Mallkus, es el espíritu de las montañas que circundan sus pueblos); Pachamama, la madre tierra, cuyo culto se realiza en la zona altiplánica); y Amaru, la serpiente vinculada a la economía de las aguas de los ríos y canales en la zona agrícola.
Estas tres divinidades simbolizan lo que se denomina el Acapacha o mundo de acá.
Pachamama, significa espacio y tiempo, no tierra física, como suele confundirse.
Actualmente se mantiene y conserva el sistema de creencias y rituales relacionados con la Pachamama, practicados principalmente por las comunidades quechuas y aymaras. 4:40
Los antiguos griegos creían en la madre tierra y tenían la Flauta de Pan; curiosamente, también los indígenas suramericanos.
Pan (en griego, todo’) era el semidios de los pastores y rebaños en la mitología griega. En la Mitología romana se identifica a este dios con Fauno.
Pan era, también, el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina desenfrenada. Se dice que se dedicaba a perseguir ninfas por los bosques.
Era cazador, curandero y músico. Dotado de una gran potencia sexual, acosaba continuamente a las ninfas. Habitaba en los bosques y en las selvas, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que penetraban en sus terrenos.
Portaba un cayado o bastón de pastor y tocaba la siringa o flauta de Pan.
Las flautas de Pan son instrumentos de viento hechos de tubos huecos de caña tapados por un extremo que producen sonidos.
Instrumentos musicales típicos de los pueblos Quechua y Aymara son similares al representado en la escultura de mármol de Heliodoro de Rodas hacia el año 100 antes de Cristo. Según Plinio, la invención de la flauta pastoral de varios carrizos o cañas juntas, conocida como fístula o siringa se atribuyó a Pan.
En el siglo V de la era cristiana, las flautas de Pan ya existían. en la cultura Huari o Wari del altiplano andino al sur del actual Perú y eran utilizadas por los aborígenes vinculados al imperio incaico.
La flauta de Pan también se conoce como zampoña, el nombre «zampoña» es una deformación de la palabra española «sinfonía». Probablemente haya sido como los indígenas del Alto Perú creían que se llamaba la música de los conquistadores españoles. Una variedad de la zampoña llamado Antara, o Andarita, se emplea en gran parte del Perú.
El pinquillo es una flauta vertical de caña, que mide cincuenta centímetros, con boquilla en su extremo superior. Emite un sonido más agudo que el de la quena. Su forma es muy parecida a la tarka, pero de menor tamaño. Se ha distribuido en Bolivia, Ecuador, Perú, Argentina y norte de Chile.
El Charango es la réplica indígena, típica de Suramérica, de la guitarra española. De unos sesenta centímetros de largo, tiene un mástil de madera y como caja de resonancia una caparazón de quirquincho o cachicamo. Lleva diez cuerdas, comúnmente metálicas, afinadas en cinco órdenes dobles. El charango tiene una tradición centenaria en Bolivia y Perú, y también importante presencia en la música de Argentina, Chile, y Ecuador.
La recopilación de Arturo Hellmund Tello, publicada en Venezuela en 1946, nos cuenta la desesperación que vivieron los indígenas de Paria por una sequía muy severa que secó hierba, arbustos, árboles, lagunas y morichales.
Los indígenas tuvieron que refugiarse selva adentro para cazar y poder beber agua en los riachuelos que aún corrían. Pero un día, también la selva falló. Nada ni nadie resistió. Los árboles secos se convirtieron en una gigantesca fogata que pretendía alcanzar a las estrellas. Los animales huyeron, unos; otros, achicharrados, alimentaron el humo.
La desesperación crecía, porque no había caza, ni jugos, ni savias; ni siquiera raíces. Los parianos, hambrientos y desgraciados, sólo veían alrededor arena y piedras que parecían desafiar su necesidad de alimento. Aún no habían llegado a la costa marina y la selva humeante no dejaba salir a quienes entraban a ella en busca de alimento.
Caciques y adivinos intentaban interpretar el deseo de los dioses y algunos creían que la sequía era un castigo por graves errores y pecados cometidos.
No podían resistir ya más; y sólo un milagro podría evitar la extinción de los parianos: En sacrificio a los dioses, incineraron sus tesoros sagrados.
Sus 7 caciques pensaban abandonar a su pueblo y emigrar hacia el norte y consideraban si tras la huída podrían subsistir y las consecuencias de quedarse.
Sólo les quedaban las armas para llevarse y los 7 caciques resolvieron partir.
Ahora los dioses debían hablar; y los dioses hablaron.
Quienes estaban cerca vieron una niña que, plácidamente, sin señal alguna de cansancio, ni de hambre ni de sed; parecía que recién hubiera comido y bebido abundantemente y dormía…
Los indios se iban acercando a verla y se formó una algarabía:
¿Quién era esta niña? ¿Quiénes eran sus padres?
Los caciques discutieron acaloradamente:
Uno decía que la niña era de color verde mientras otro decía que era roja.
Un tercero aseguraba que era amarilla y un cuarto se burlaba de los demás al decir que era de color azul; y cada uno de los siete caciques veía a la niña de un color diferente.
Y la niña, la doncellita de los siete colores, despertó. Otro grito de asombro acabó con las discusiones. Arriba, en el cielo, se formó un enorme arco iris; el cual tenía los siete colores que los caciques veían en la doncella.
Ella, sin decir nada, correteaba entre las churuatas y pasó el día con los parianos; en silencio, pero con mucha alegría y optimismo.
Los indios pensaron que el arcoiris sería prometedor de agua y pan.
Los caciques, confundidos, decidieron esperar un día más antes de abandonar a sus tribus. Pero los indios conocían las graves faltas de sus gobernantes, conocían la pasión dominante de cada uno y en cada color reconocieron su significado:
Gula, avaricia, lujuria, pereza, soberbia, ira y egoísmo o envidia.
Así, descubiertas por obra y gracia de de la Doncellita del Arcoiris las pasiones de los caciques, las tribus pidieron a los ancianos que les exigieran depuración a los caciques y que prometieran mejorar.
Los caciques aceptaron el mandato y todo el pueblo fue a las cuevas sagradas a ofrendar al supremo sus oraciones.
Allá, los caciques oraron e hicieron donaciones y todos quedaron nivelados, sin nada. Después de la ceremonia todos regresaron al poblado.
La doncella de los siete colores había desaparecido misteriosamente y empezó a aparecer un enorme arcoiris en el cielo, dividiéndolo en dos partes.
Luego apareció un segundo arcoiris y empezó a caer una lluvia que se convirtió en aguacero y finalmente en gran tormenta.
Los indios, con la sed saciada, fueron a buscar comida donde antes hubo selva; y encontraron acostada a la doncella del arcoiris, con los ojitos cerrados y una infinita expresión de paz.
Llamaron a los caciques y de nuevo cada uno la veía del color de su propia pasión. Así lo confesaron y de repente, como si se les cayera una venda, vieron que no tenía color alguno.
Trataron de despertarla, pero estaba muerta. Tenía tanta suavidad y dulzura en el rostro que la creyeron una diosa.
Desde ese día se le rindió un culto especial al arcoiris y a la doncellita de los siete colores, a quien llamaron Amaira-Aní; que significa “Sacrificada por el arcoiris”.
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En 1589, Peter Binsfeld asoció cada pecado capital con un demonio que tentaba a la gente, según el orden siguiente:
• El demonio de la lujuria es Asmodeo
• El de la gula: Beelzebú
• de la avaricia: Mammon
• pereza: Belfegor
• ira: Amón
• envidia: Leviatán
• soberbia: Lucifer
Según Binsfeld, también habría otros demonios que incitaran a pecar, como los íncubos (fantasmas masculinos que tendrían relaciones sexuales con mujeres durmientes) y los súcubos (fantasmas femeninos con los varones durmientes), que incitaban a la lujuria.
Los pecados capitales actualizados
El 10 de marzo de 2008, el regente del Tribunal de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, cardenal Gianfranco Girotti, presentó la siguiente lista, que ha sido divulgada ampliamente por los medios de comunicación, con la denominación de pecado social o nuevos pecados capitales:
• No realizarás manipulaciones genéticas.
• No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones.
• No contaminarás el medio ambiente.
• No provocarás injusticia social.
• No causarás pobreza.
• No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común.
• No consumirás drogas.
La lujuria, la gula, la avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia, los tradicionales siete pecados capitales enumerados por el papa Gregorio I hace 1500 años y recogidos después por Dante Alighieri en La Divina Comedia, se habían quedado obsoletos para el mundo globalizado de hoy.
Así que el Vaticano decidió modernizar la lista con atención especial a los llamados «pecados sociales», aquellos cuya comisión va en contra de la justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.
El resultado son siete nuevos pecados capitales, que condenan como ofensas a Dios acciones tales como enriquecerse a costa de los demás o algunas investigaciones científicas con implicaciones bioéticas.
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Una profecía de los indios Lakota, una nación de la etnia Sioux en EE.UU, dice que pronto necesitaremos a “los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos” para que nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de la humanidad, y serán conocidos como “Los Guerreros del Arco Iris”.
Estos Guerreros del Arco Iris proporcionarán a la gente los principios y reglas para hacer una vida acorde con el mundo; los mismos principios que seguían los pueblos del pasado.
Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y de la comprensión.
Y una vez más renacerá la alegría de estar tanto en compañía, como en soledad. Estarán libres de envidia, y amarán a sus semejantes como hermanos, sin importar el color de su piel, su raza o su religión. Sentirán la felicidad inundando sus corazones al identificarse con el resto de la creación. Sus corazones serán puros e irradiarán calidez, comprensión y respeto por la humanidad, por la naturaleza y por el Gran Espíritu.
Los ríos fluirán limpios otra vez, los bosques serán abundantes y llenos de hermosura, y otra vez habrá aves y animales sin número. Nuevamente se respetarán los poderes del planeta y de los animales, y la conservación de todas las cosas bellas se convertirá en una forma de vivir.
Las tareas que les esperan a los Guerreros del Arco Iris serán muchas y mayúsculas.
Tendrán que vencer mucha ignorancia, prejuicios y odio. Ser dedicados, firmes y tenaces de corazón. Porque en su camino hallarán mentes y corazones dispuestos a seguirlos en esta senda que le devolverá a la Madre Tierra toda su belleza y su plenitud.
Pronto llegará el día en que nos demos cuenta de lo que somos, nuestra existencia misma, se la debemos a quienes han reservado su cultura y su herencia, y han mantenido con vida los rituales, las historias, las leyendas y los mitos.
Y será gracias a este conocimiento que volveremos a estar otra vez en armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma. Y descubriremos que este conocimiento es la clave para la supervivencia.
Una representación del pueblo Lakota visitó Bolivia y en Tiwanaku le entregaron al presidente Morales la profecía de los Guerreros del Arcoiris.
El canciller de Bolivia, David Choquehuanca Céspedes en entrevista concedida en La Paz al programa Dossier (VTV – Telesur) del periodista Walter Martínez, declaró que los indios aymara son los guerreros del arco iris.
En las negociaciones sobre Cambio Climático desarrolladas en Copenhague se demostró que los representantes de los países desarrollados pretenden atribuirse la toma de decisiones inconsultas que afectan a la Madre Tierra y al futuro de la humanidad y quieren imponerlas a todos los pueblos, gobiernos y países del planeta; olvidándose de que La Tierra y su destino no son propiedad de un exclusivo grupo de gobiernos e instituciones internacionales.
Por tal motivo, en su cruzada internacional contra el cambio climático, el presidente de Bolivia, Evo Morales, realizó en abril pasado en Cochabamba, la I Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra.
En las conclusiones de la I Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra se resume la posición de pueblos indígenas y movimientos sociales de más de 150 países de cinco continentes sobre la emisión de gases de efecto invernadero, liberados por las potencias industrializadas.
Morales, tras una gira de ocho días por Europa, que incluyó una visita al Papa, Benedicto XVI, en el Vaticano, y un recorrido por Noruega y Finlandia; aseveró que dentro de la comunidad internacional hay profundas diferencias en políticas ambientales.
El mandatario boliviano, en entrevista concedida a la radio estatal Patria Nueva, ratificó su propuesta de suspender la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático pautada para diciembre próximo en México, afirmando que: "La cumbre de Cancún, podría repetir el fracaso de Copenhague sobre los términos de estabilidad de la temperatura del orbe y el porcentaje de emisión de gases con efectos invernadero".
La suspensión de la cumbre, la sugirió en su participación en Madrid, capital de España, en la Cumbre Unión Europea - América Latina y el Caribe(UE-ALC); también en Madrid, Morales propuso una alianza entre Europa y Latinoamérica para defender la vida y los derechos de la Madre Tierra.
"Si fracasa la cumbre de Cancún los pueblos volverán a perder sus esperanzas en los Estados y la propia ONU perdería prestigio", acotó; por eso yo aprovecho la conferencia para plantear una alianza entre Europa y Latinoamérica para defender la vida y salvar al planeta", informó.
La Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) presentó en La Paz un pronunciamiento intitulado "No hay Cancún sin los pueblos indígenas", donde exigen que se inserten en el Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático las conclusiones de Tiquipaya, analizadas por 35 mil representantes de 140 países del mundo.
Ellos rechazan el texto de negociación oficial de Cancún, que excluye las resoluciones de la conferencia de los pueblos y en su lugar incorpora el acuerdo de Copenhague, que no tiene el consenso de las Naciones Unidas.
La CSUTCB advirtió que todas las organizaciones sociales del Estado, encabezadas por el presidente Evo Morales continuarán en su lucha inclaudicable en defensa de la vida.
Después de Tiquipaya, Morales entregó en Nueva York al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, las conclusiones de la Cumbre Mundial de los Pueblos, a fin de que las incluya en la agenda de debates de la reunión de Cancún.
Esta conferencia mundial sobre el cambio climático concluyó con críticas a Estados Unidos y exigiendo que los países industrializados reduzcan a la mitad sus gases de efecto invernadero desde ahora hasta 2020.
También se pronunciaron por la creación de un Tribunal de Justicia Climática y un referendo mundial de consulta sobre las causas del cambio climático.

La Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra es la siguiente:

1- Derecho a la vida y a existir;
2- Derecho a ser respetada;
3- Derecho a la continuación de sus ciclos y procesos vitales libre de
alteraciones humanas;
4- Derecho a mantener su identidad e integridad como seres diferenciados,
auto-regulados e interrelacionados;
5- Derecho al agua como fuente de vida;
6- Derecho al aire limpio;
7- Derecho a la salud integral;
8- Derecho a estar libre de contaminación y de desechos tóxicos y radioactivos;
9- Derecho a no ser alterada genéticamente y modificada en su estructura
amenazando su integridad o funcionamiento vital y saludable.
10- Derecho a una restauración plena y pronta por las violaciones a los derechos
reconocidos en esta Declaración causados por las actividades humanas.

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